En este tema, la República Bolivariana de Venezuela y el liderazgo de
Hugo Chávez, han tenido y tienen un rol protagónico. En los próximos números de
nuestro boletín, pautaremos los avances y les brindaremos informaciones al respecto.
Pero ya desde hoy, queremos resaltar dos concreciones
fundamentales que apuntan a un nuevo tiempo y a una nueva sociedad
latinoamericana y caribeña.
El ALBA
El primero es el
ALBA -Alternativa Bolivariana para los Pueblos de las Américas- que cuenta
ya con 10 años de trayectoria, y la incorporación de diez países. No solo es la
unión detrás de un proyecto de varios gobiernos, sino un espacio para los
pueblos, para sus organizaciones sociales y las expresiones culturales.
EL ALBA es una organización de solidaridad, de
complementariedad que da al traste con los viejos chauvinismos, con la
competencia y las rivalidades entre
vecinos, enfrentados a veces en guerras planificadas y manipuladas por
el imperialismo. Es la otra cara del dividir para reinar. Es lo opuesto a la
balcanización. Somos hermanos de una Patria Grande. En el ALBA fraternalmente
cada uno aporta lo suyo: petróleo, gas, médicos, maestros, planes de
alfabetización, etc
En el año 2011 el gran logro fue la CELAC.
CELAC Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños -.
Con visiones distintas e incluso contradictorias, es un
gran esfuerzo para anular la doctrina Monroe que desde 1823 se sintetizaba en
la frase “América para los americanos”. Hasta entonces, tal como se da
en la OEA, las interferencias, las intromisiones, las órdenes, definían una
acción hegemónica.
La CELAC excluye a EEUU y Canadá, y es un proyecto
multilateral inclusivo de solidaridad entre países latinoamericanos y
caribeños, en un plano de igualdad y seguridad ante agresiones externas. Es la voluntad
política de profundizar la integración regional y establecer compromisos
efectivos de acción conjunta para la promoción del desarrollo sostenible de los
pueblos. Es la
consolidación de un espacio regional sólido, que proyecte las potencialidades
de esta zona del mundo, como a su vez impulse la unidad y la integración
política, económica, social, cultural en un desarrollo independiente y
sostenible.
CELAC es posible por el debilitamiento de la OEA por un
lado, y por otro, la fuerza que han cobrado iniciativas regionales, el ALBA y
la UNASUR (Unión de Naciones
Sudamericana).
Todo un camino por delante para la CELAC .
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